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REBECA VAISMAN: EN BUSCA DEL ESPACIO INTERIOR

Foto del escritor: LUCY QUINTANILLALUCY QUINTANILLA

Actualizado: 18 mar 2020

Cuando la creatividad y la personalidad eligieron enamorarse


“Es más sencillo construir una gran ópera

o el centro de una ciudad, que un espacio personal.”

Alvar Aalto - Arquitecto




La libertad de crear, a veces, se convierte en un impulso explosivo que demanda una búsqueda personal entre preguntas, idas, vueltas, encuentros, desencuentros, descubrimientos, detalles, verdades, amores, alegrías, tristezas, aprendizajes y, acaso, más de una respuesta.


La posibilidad de concebir experiencias únicas y, por ello, proveer y proveerse de sensaciones y emociones especiales y reconfortantes, es una elección que nos guía en un camino de nuevos espacios para entender mejor quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y en quién nos vamos convirtiendo con el paso de cada momento.


La reunión de la búsqueda, la experiencia y el talento para algo específico, esta vez, nos lleva a recorrer el camino del periodismo cultural a través de Ósmosis, un ambiente digital que habla del hogar creado por uno mismo, de los detalles que definen tu personalidad a través de tus paredes, de tus suelos, de tus techos, de tus luces y también de tus sombras.  Nos lleva a compartir el lenguaje de tus sentidos reflejado en casa rincón de tu casa; tus ideas depositadas en los colores elegidos; tus ganas de decir algo, o mucho, a través de las texturas compartidas. Y, para no olvidarlo, nos lleva también a inspirarnos desde el universo del otro, superando lo estético y buscando, más bien, encontrar la huella personal.


¿Cuál es la importancia del espacio propio en el contacto con un personaje? ¿En dónde radica la clave para lograr que él, o ella, se sientan cómodos, libres y sin límites para expresarse con naturalidad al momento de realizar una entrevista? ¿Cómo enriquece este contexto la narración de una historia irrepetible?


En el 2019, Rebeca Vaisman creó Ósmosis, un espacio digital que es una invitación al interior de cada personaje a través de sus casas, de su arquitectura, de sus objetos y en sí, de su presencia traducida en piezas elegidas una a una, y por qué no, en mundos construidos desde adentro e interpretados desde el pasado, el presente y un futuro que llega segundo a segundo.


Este es el vínculo del periodismo cultural con el interiorismo, la arquitectura y el lifestyle.



DESDE EL PRINCIPIO



“Ósmosis nace de una necesidad mía de hacer algo propio, de escribir para mí, cosas que me interesasen a mí.  Como periodista y como editora generaba contenido y contaba historias que tienen que ver con la línea editorial del medio, o con un interés o una coyuntura, etc. Lo cual está muy bien, pero yo quería escribir algo mío. Por otro lado, las revistas de lifestyle se suelen asociar al lujo. Sin embargo, estilo de vida es algo que todos tenemos y conocía casas muy interesantes, casas muy creativas de gente muy creativa también que resolvían los problemas cotidianos de una manera diferente, particular.  Y quizás no eran casas que podían salir a 10 páginas en una revista, pero son espacios que te transmiten muchísimo, o de gente que tiene mucha historia y tiene muchos objetos con historia. Se trata de espacios que, más bien, tienen que ver con lo cotidiano, con historias del día a día.”


Siempre le interesó el arte y la apropiación de su espacio, especialmente desde su adolescencia.  Rebeca trataba de tener algo que fuera solo suyo, que fuera único.  Quizás se trataba de esa sugerencia que te induce a encontrar la voz propia o el sentido de identidad en lo que vas creando.  Eso llamado innovación desde tu lugar y centro inmediato.  Esas ganas de encontrarte reflejado en lo que percibes, con todos tus sentidos. Una búsqueda que atraviesa el gusto personal y llega a la definición de libertad total y, solo por eso, de la comodidad, disfrute y cercanía.


“De pronto, un día, a los quince años, no podía dormir, me levanté a las tres de la mañana y decidí pintar las paredes de mi cuarto. Cuando al día siguiente mi papá se despertó y fue a levantarme, vio todo pintado.  En esa época hacía pinturas todas regadas, pero no era que quería decorarlo, no es que estaba buscando algo específico a través de eso, más bien quería hacerme un espacio propio.”


Hace siete u ocho años volvió de Barcelona y entonces le asignaron crear un texto sobre un lugar. Rafaela Maggiolo, editora en ese momento de la revista CASAS, le dijo que necesitaba algo que no fuese teórico sino algo más vivencial: “anda a la casa, recórrela, siéntela y descríbela”, le dijo.  El encargo le encantó, comenta que quedó maravillada y que escribir sobre eso, y descubrir lo que está detrás de la concepción de un espacio, le ha parecido revelador.


Era, de algún modo, el inicio de Ósmosis.



CONTAR HISTORIAS



La narrativa es, tal vez, una de las herramientas más potentes y potenciadoras al momento de contar una historia; es un camino que se recorre juntos, entre el narrador y el lector lado a lado; es una invitación constante a la conversación entre todos y, a veces, al cuestionamiento y a la curiosidad por saber más. ¿Y qué pasó después? ¿Continuará? ¿A dónde se fueron los personajes luego del último punto final?


En Ósmosis, Rebeca Vaisman es la storyteller de cada casa que visita, una que juega con los personajes, los va introduciendo y acercando a todos a través de sus pertenencias y contextos enmarcados en fotografías llenas de intimidad.


Entonces, narrar se vuelve también un ejercicio visual. Narrar a través de las palabras. Narrar a través de las imágenes.


¿En dónde radica el poder del storytelling en el periodismo cultural?


“Creo que se trata de la forma de conectar. Creo que uno conecta con sentimientos, con sensaciones, con experiencias más que con hechos concretos. Y creo que es muy distinto decirte que la casa se construyó en 1948 y que la diseñó el arquitecto fulano de tal, a explicarte algo sobre las cornisas y lo lindo que entra la luz porque es un techo de doble altura, y cómo la luz que va cambiando durante el día va acompañando a la gente que vive en ese espacio.”


Hay una alerta global referente al periodismo, especialmente en lo relacionado al periodismo cultural.  Se siente una urgencia de narradores que introduzcan al público en lo existente, que hagan visible lo que tantas veces queda invisible, que haya más crítica y comentarios que expliquen y transmitan emociones más allá de la belleza del texto.  Existe una urgencia de parte de los artistas, de las instituciones culturales y también de las audiencias.



Rebeca dice que el periodismo que más le interesa es aquel que le da algo más que solo mera información y que, en el fondo, una manifestación artística motiva a una reflexión.  “Leer una buena crónica, un buen perfil o una buena crítica sobre algo siempre será estimulante.”


Por otro lado, contar una historia pasa por el filtro de las formas y la energía de los mensajes, repensar ciertas perspectivas y abrazar a veces el lado más simple de las cosas. Desprenderse de algo no suele ser sencillo y como escritores, al momento de hacer periodismo cultural, dejarte un rato de lado y tomar en cuenta que hay que pensar en todo y en todos puede resultar un reto.


Y entonces, ¿de qué hay que desprenderse al momento de redactar?


“Bueno, no me atrevo a considerarme una experta o a pontificar y decir lo que los demás deberían o no deberían hacer, porque estoy lejos de estar al nivel que algún día me gustaría estar. Sin embargo, de mi experiencia he sacado algunas conclusiones, como lectora y como periodista. Pienso que quizás el YO del texto es lo que sacaría y es lo que procuro hacer siempre. Creo que en los últimos años la crónica y el punto de vista personal han cobrado una gran fuerza y obviamente han producido textos muy interesantes, y medios muy interesantes, pero también creo que se peca al usar el yo. Si vas a entrevistar a este actor, o a este artista, o a este personaje en general no siempre es necesario decir - yo lo vi en tal lugar, o me encontré, nos sentamos, yo pensé-. Siento que el protagonismo debe estar en el personaje o en el tema, salvo que tu presencia específica sea absolutamente necesaria y parte de la historia. Entonces, creo que puedes dar una opinión, puedes motivar a una reflexión y puedes contar algo sin necesidad de que tú seas parte de eso.”



LA CLAVE ENTRE EL PERSONAJE Y EL LUGAR CORRECTO



Lograr que ellos y ellas se sientan sumamente cómodos con quien les está haciendo la entrevista, con el espacio que ocupan en ese momento, con el contexto que los rodea y con el ambiente proveído es fundamental al momento de hacer una entrevista y lograr que haya confianza, comodidad, espacio libre para respirar y entonces, la generación de contenidos valiosos.


Entrevistar a alguien en su lugar propio, ambientado bajo sus elecciones y gustos permite una enorme sintonía con el tema, con quien tienes al frente, con los invitados y con las opiniones vertidas.  Todo cuenta, nada pasa desapercibido, ya sea de forma consciente o inconsciente.


“Es totalmente distinto entrevistar a alguien en su espacio personal a entrevistarlo en su oficina o en su café, así sea su café favorito, es totalmente diferente. Sobre todo, cuando va a ser un perfil o algo más íntimo. Para empezar, está rodeado de sus cosas entonces eso lo ayuda a recordar algo que te quiera contar, una anécdota, una foto, un libro.  Es distinta esa dinámica con la que estás hablando porque puede pararse y decirte -espérate, te voy a traer el libro del que te estoy hablando, o te voy a traer esa foto que te digo, o te voy a mostrar este objeto al cual me refiero, de tal viaje-. Entonces, ese ejercicio de tener los objetos a la mano que le ayudan a recordar, le ayuda también a explicarse y a responder.”



En un modelo como el de Ósmosis, lo que queda claro es la apropiación de una historia cercana que te envuelve desde distintos ángulos, permitiendo al lector conectar con los temas abordados, con las frases vertidas y con los personajes elegidos. Al mismo tiempo, lograr estas historias resulta el producto de lo confortable que se puede sentir un personaje al momento de hablar, de movilizarse dentro de su propio lugar, de querer contar más, de entusiasmarse con lo que está diciendo y querer compartir tanto como se pueda.  Esa necesidad de dar a conocer como protagonista y de querer recibir como audiencia, de decir para ser oído, de leer para ser informado y, finalmente, de escribir para ser leído.


“A nivel de mi escritura, encuentro que es un privilegio tener esta historia y poder sentarme a elegir por dónde la quiero llevar, que es lo que más me llamó la atención de todo lo que me dijeron y cuál es la historia que quiero contar.  Es un privilegio porque es una libertad que ellos me están dando y tengo todo el tiempo del mundo para hacerlo, porque es algo mío.  Además, intento otro tipo de escritura también, es mucho más suelta, más ligera, más fluida, uso otro tipo de palabras y expresiones, y me permite otro tipo de cosas. Así es que, ese primer objetivo de seguir investigando y creando está cumplido y lo agradezco un montón.”



RETOMANDO



“Creo que es muy injusto pedirle a una persona de 16 ó 17 años que decida, en ese momento, qué es lo que va a hacer el resto de su vida Si me preguntas ahora, no hubiera estudiado Periodismo, hubiera estudiado otra cosa que me enriquezca y me permita tener una distinta perspectiva al momento de hacer Periodismo.  Hubiera estudiado Sociología o Historia del Arte porque creo que es importante tener esas herramientas, y esa perspectiva y conocimientos que luego te permitan escribir bien y opinar sobre un tema.  Creo que al periodismo cultural y al periodismo general le falta opinión, y no puedes opinar si no tienes un background, con qué comparar y tal.  Y en realidad todas esas carencias las he tenido que ir supliendo, y las sigo supliendo a lo largo del tiempo.”


Es un reto diario, sentir que algo falta, que hay que profundizar, navegar en los temas, analizar, cuestionar, cuestionarse, retomar el hilo conductor, cambiar de dirección, volver, unir, encontrar distintas aristas a tocar, explotar al máximo un contenido y finalmente compartirlo con todos para que un mensaje se expanda.  El periodismo se vuelve un desafío que supera lo estéticamente bello, (algo que se agradece como lector y, tal vez, estén todos de acuerdo), porque se siente una necesidad, a gritos, de hacer una exploración previa, llena de investigación y detalles que enriquezcan un texto, un video, una imagen o una narración en general.



LA FAMILIA ÓSMOSIS



¿Quiénes son los protagonistas de este espacio? ¿Por qué visitarlos? ¿En dónde encontrarlos? ¿Cómo se llaman?


“En primera instancia miré a mi alrededor pensando ¿cuáles son las personas que conozco que sé que tienen unas casas super interesantes, fotogénicas y que ellos también son personajes interesantes? Y luego, es que voy preguntándole a la gente ¿a quién conoces que tiene una casa chévere? Me encantan las revistas de decoración y quizás ver un súper espacio de doble altura, con unos cuadros increíbles, pero las historias y las casas de Ósmosis son distintas y son hechas por las manos, pieza por pieza, de las personas que las habitan.”



Y así, la palabra diversidad asoma a la conversación y se vuelve también una protagonista. Rebeca dice que le encantaría visitar la casa de un historiador, que tal vez una próxima historia pueda ser la de un psicoanalista. Para ella es importante que en Ósmosis haya personajes de distintas edades y profesiones, la idea es buscar la pluralidad.



CONEXIÓN



Entablar una conversación con el público puede ser apasionante, motivador e inspirador.  También puede resultar retador y una constante búsqueda, pues finalmente estás tratando de vincularte con los espacios emocionales del otro, porque es desde las emociones y los sentimientos que alguien se interesará en tu mensaje y en tus preguntas, y es desde ahí que alguien querrá apropiarse también de lo que estás diciendo porque resulta importante para él, o para ella.  Un texto como un punto de encuentro, de establecimiento y de intercambio.


Para Rebeca conectar es la pieza clave.


“En Ósmosis da igual si no eres un artista. Por ejemplo, puedes conectar con la historia de Natalia Queirolo que vive en Londres si es que te has ido a vivir afuera en algún momento de tu vida y has pasado por lo que ella ha pasado. No necesitas vivir su vida para conectar con el extrañar y con el cambio de perspectiva que te da la distancia. Creo que no necesitas haber vivido lo mismo, o ser un artista, o ser la misma persona que es aquella que te cuenta sobre cómo mudarse y cómo su casa nueva significa un montón porque era el espacio que su hijo necesitaba. Entonces, creo que si las personas conectan con algo que tú cuentas es porque estás hablando de emociones, de vivencias y de sentimientos que son comunes a todos.”


Pensar en el lector es fundamental, tratar de entender sus búsquedas y encuentros, dejando de lado el ego innecesario y, más bien, encontrar en el disfrute de crear historias una herramienta poderosa para involucrar a todos, desde diversas perspectivas, encontrando más de una sorpresa, aprendiendo y compartiendo lo nuevo.


“También es importante escribir de una manera generosa y no solo pensando en tener un texto increíble, porque eres un escritor increíble. Hay que darle información clave al lector por si le interesa, para que él siga descubriendo e investigando.”


Escribir es un proyecto de vida y la palabra casa significa espacio.  La maternidad es una aventura y el reto más importante. La búsqueda puede significar dificultad, pero es valiosa. El alma también es corazón y Rebeca siempre termina en Vaisman.  Los viajes son especiales, el amor es descubrimiento, la diversidad es necesaria y Ósmosis, una forma de aprender.  Finalmente le menciono a “Elías” y su respuesta es inmediata:


“¡Mi amor!”





Créditos:

Todas las fotografías de esta entrevista

han sido recopiladas

de las cuentas de Instagram de

Rebeca Vaisman y Ósmosis.

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