Siempre digo que la nostalgia no me gusta,
me resulta invasiva,
triste, amante de la soledad entristecida
y, otra vez, de la tristeza siempre lúgubre y punzante.
Sin embargo, esta vez, una sonrisa se esbozó entre el viento y la luz de la mañana...
Escribe Lucy Quintanilla
...Y las palabras se fueron escribiendo en el ambiente y me envolví tanto entre la ficción y la realidad que me dejé llevar por el tiempo sin límites, me perdí, allí, entre las nubes de azúcar y mi papá, las puestas de sol luminosas y nuestros perros llenos de amor, las fiestas del cole y la universidad, su música a todo volumen, creer que todo duraría para siempre, que daba lo mismo las 3 de la mañana que las 2 de la tarde, el asiento de la ventana que el asiento del pasillo, el gato en la casa de la abuela con un año, y el mismo gato, en la misma casa, ya sin la abuela, doce años después.
Sigo caminando y el cielo azul profundo, otra vez.
El azul cuento de hadas, azul tardes de verano, la casa de la playa y el olor a brisa marina,
Azul primeras horas de cada día despertando en silencio, con la vida en el alma y el alma llena de planes.
Azul que conversa con la luna llena y le pregunta si ella también tiene memoria...
- ¿Tú qué crees? - responde ella.
- Que estás hecha de recuerdos y del ayer, y también del ahora con los sueños alistándose para mañana, del invierno y sus temblores, sus colchas de lana tejidas a mano, sus galletas de avena recién horneadas con forma de estrella, con coco y chocolate caliente.
Azul de día y azul de noche, y la niña de rizos largos corriendo por toda la casa, y la gata de nariz rosada escondiéndose y guardando su cola para que no la encuentre, el perro narizón bailando solo sobre su cama, tu hermana mayor que es tu ídolo y los abrazos y besos maternos, el uniforme de cuadros verdes y la nieve cayendo del otro lado de la ventana, mientras tú te pierdes observándola con atención, sonriendo ya sin saber que sonríes, enamorada hasta lo imposible, feliz hasta lo irreal.
Este relato lo escribí empezando el otoño 2024 en Lima, Perú,
luego de visitar la exposición “Nostalgia”,
de la artista AnaMaría McCarthy, en el Centro Cultural Inca Garcilaso.
Tan solo por el título tardé meses en visitar la muestra, el día que fui sentí mucha alegría y una nostalgia desconocida para mí hasta ese momento, una que en lugar de tristeza y anhelo imposible te devuelve una memoria sonriente y cálida.
Quería escribir algo distinto a todo lo que he hecho hasta ahora
sobre una obra de arte, y como romper los cánones a veces es estupendo,
y como pienso que la literatura se puede fusionar maravillosamente
con el periodismo, decidí aplicar la narrativa del Relato
a un artículo escrito para LitiArt by Lucy Quintanilla.
¡Espero que lo disfruten al máximo! Y no olviden
que hay una cobertura especial con videos, fotografías y comentarios escritos y audiovisuales en todas las redes sociales de LitiArt:
¡Allí os espero!
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