¡Dilo cantando!
Por Lucy Quintanilla
Mónica Canales es imparable, y junto a ella el Coro Nacional de Niños del Perú cumple 25 años este 2020 y, en medio de una pandemia que ha sembrado el miedo y la soledad en muchos lugares del mundo, el grupo liderado por esta resolutiva directora se ha llenado de ganas, entusiasmo, búsqueda de respuestas, compromiso y continuidad en su agenda de modo que niños, adolescentes, maestros y padres de familia le dan vida a los nuevos códigos de la casa, unos virtualmente renovados y que han reinventado la vida de todos en este elenco nacional.
El tiempo no se detiene jamás, la tecnología tampoco y la música, simplemente, ¡tiene que continuar!
Decía Henry David Thoreau si ¿puede ocurrir un milagro mayor que el de mirarnos en los ojos del otro? Aquel que nos insta a valorar el espejo que hay delante nuestro desde la posición ajena por encima de barreras raciales, sociales, de género y más.
La niñez es una oportunidad incomparable para esparcir esa semilla llamada inclusión y respeto por las diferencias, desde la identidad y la valoración de lo que es distinto, nuevo y sorprendente. En este capítulo global, la música protagoniza un papel primordial en la configuración de esas actitudes sensibles, el pensamiento creativo y las perspectivas abiertas al descubrimiento y aprendizaje constantes.
NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE, comenta Mónica.
¿Y entonces?
Una de las claves recae en exponernos a una gran diversidad de experiencias y personajes a lo largo de nuestras vidas, desde que existimos. Porque solo andando es que se avanza y, con un mapa claro, que se llega a un destino específico.
ABRIENDO LOS OJOS, DESCUBRIENDO EL MUNDO
“Es fundamental que todos los niños tengan la posibilidad de abrirse a la música lo más pronto posible, desde el vientre materno. Lo primero que siente un niño son los latidos del corazón de su madre y esa es la razón por la que un bebé rápidamente se calma cuando ella lo pone hacia su pecho, porque vuelve a escuchar los latidos de su corazón. Eso es fundamental y marca un ritmo en tu vida.”
Comenta Mónica que hay estudios sobre el tono de voz con el que te habla tu madre y cómo eso repercute en la personalidad del niño. Por ejemplo, menciona que cuando un pequeño es menos expresivo que otro probablemente su mamá es una persona más calmada y que habla con un tono de voz bastante monócromo; en cambio, los niños a quienes se les hace más fácil expresarse son aquellos que han tenido una madre que emplea muchos sonidos al hablar.
La vida la ha premiado con creces y ella siempre está rodeada de niños, los intérpretes del coro son sus hijos musicales, un grupo que crece y que este año aspira a tener más de cien integrantes, luego del proceso de admisión que se abrirá, esta vez, de forma virtual.
El Siglo 21, en el que todas estas nuevas generaciones crecen y aprenden a descifrar el mundo, no solo se vuelve un camaleón histórico que nos expone a múltiples retos y dinámicas globales, sino que parece incombustible pues, sin importar lo que ocurra, sigue girando y presentándonos más y más desafíos, invadiendo nuestras vidas de movimiento, de la inmediatez y sus tentáculos, de convertirnos en máquinas en serie; y, al mismo tiempo, es un espacio como no ha existido otro igual, en donde son esas nuevas generaciones las que se resisten al “no”, las que hablan fuerte y claro, dicen lo que piensan sin miedo y sobre todo HACEN, CREAN, INNOVAN y ROMPEN ESQUEMAS sin parar. Este es también el grupo de chicos y chicas que aprenden a convivir con otros gracias a la música, descubren la independencia durante los viajes, que los errores hay que solucionarlos con creatividad, que a los miedos hay que enfrentarse una y otra vez y que las equivocaciones no son tan malas, solo el reflejo de nuestro tiempo.
La realidad a la que se enfrenta un extenso número de pequeños y pequeñas que crecen en medio de una sociedad latina que todavía no reconoce la diversidad como una clave de éxito social y motor económico que rompa definitivamente con un viejo esquema de vida debilitada, habilitado entre nosotros desde hace tantas décadas; una sociedad en donde el machismo, el clasismo o el racismo siguen cobrando protagonismo a diario, y que a su vez se convierte, irónicamente, en un espacio de oportunidades para hacer mejor las cosas, para crecer con sentido de pertenencia, para entender las debilidades y, desde un género tan potente como lo es la música, valorar el potencial de la vida y sus oportunidades imaginando un espacio distinto pero real, nuevo pero concreto.
“Es como una semilla que se prende y después ellos, los niños, tienen su propia búsqueda” - afirma Mónica Canales.
Enfrentar a las nuevas generaciones, de todos los rincones capitalinos, a la música propia siempre es un reto y, al mismo tiempo, un regalo que se les da para potenciar su imaginación y sus niveles creativos porque, sin ser plenamente conscientes de que así ocurre, analizan, critican, absorben, aprehenden información valiosa y se desprenden de estereotipos. En el caso de los niños del coro peruano, además de “Tinkuy”, el cancionero multilingüe del Perú, y los programas dedicados al aprendizaje de la marinera, los huaynos y la música afroperuana de pronto, un día, se enfrentaron también al cara a cara con grandes referentes musicales del país como Max Castro, Pelo D’Ambrosio o Damaris, cada uno un ícono para sus audiencias, traspasando fronteras, creando sonidos que erizan la piel de tanta emoción, mezclando ritmos e innovando como en el caso del techno y a música andina, poniendo de referencia a los instrumentos de la música afro como en el caso de Damaris que caló profundamente en la vida de los más pequeños y una sonoridad que para los más grandes era un regalo nuevo. Generar la identidad desde sus raíces, aceptando la diversidad como un premio.
Hablamos entonces de la música como punto de partida para entender el mundo de forma distinta. De los sonidos como vehículo que lleva y trae entusiasmo por las experiencias jamás vividas antes y el descubrimiento de que eso que al inicio resultaba tan lejano, ahora se vuelve irresistible, imprescindible, placentero y potenciador.
“¡No se ama lo que no se conoce! Eso es definitivo. Si no les mostramos estas cosas ellos no las van a amar.”
Con el repertorio de Tinkuy ocurrió algo general ¿qué es esto de las lenguas amazónicas?, se cuestionaban varios de ellos, ¿qué son?, ¿qué estoy diciendo? Durante el primer año el equipo coral trabajó directamente con gente de las comunidades Shipibo-Conibo y Ashaninka que viven en Lima y que les contaban dónde estaban, qué fiestas tenían y en qué contextos entonaban esas canciones, para sorpresa máxima de todos los chicos.
“Reitero: no se ama lo que no se conoce. Y al conocer quiénes eran estas personas y por qué cantaban estas canciones empezaron a gustar de ellas y algunas incluso ahora son unos clásicos. Y siempre cuento la anécdota en la que a un niño uno de sus tíos le preguntó:
- ¿Y estarás preparándote en idiomas, no es cierto?
- ¡Claro que sí! - le dice el niño, repleto de orgullo - ¡Yo sé Ashaninka, yo sé Yanesha, yo sé Shipibo!”
DE MÚSICA Y TOLERANCIA
¿Qué papel juega la música en el desarrollo de la tolerancia?
“Ellos han aprendido a respetar y a conocer la música de otros entornos, de otros contextos y de otros grupos a partir del contacto en Tinkuy, conociendo esa línea, a la gente de otras comunidades y sabiendo el hecho de que todos son peruanos al igual que ellos.
Conocer los ha hecho tolerar, comprender y ser más empáticos.”
Un coro abarca el concepto de grupo, de entorno e incluso de camaradería y eso, necesariamente, implica observar al de al lado y, en el mejor de los casos, saber qué hay dentro y fuera de él o ella. La ventaja de ser un niño es que además te vinculas también con los padres de los demás, ampliando el panorama de los estímulos recibidos. La diversidad de edades en el grupo, la proveniencia de distritos alejados entre unos y otros, estudiar en colegios diferentes y, finalmente, reunirse y esforzarse por un resultado eficiente en conjunto les proporciona la ventaja de convivir con los otros, de forma objetiva y abarcadora.
“El hecho de poder tener la mayor cantidad de estímulos hace que un niño enriquezca tremendamente su mundo. Los prepara para enfrentarse a él y además para ser empáticos, lo que es muy importante, darse cuenta de lo que pasa alrededor.”
Mónica se entusiasma y entonces habla la experta, enfocada al máximo en los conceptos de su obra. Oírla resulta aleccionador y, si nos tomamos el tiempo para analizarlo, los significados y pautas del trabajo coral se podrían aplicar a los equipos laborales en las instituciones, a los núcleos familiares, a los grupos de trabajo independientes, a los emprendimientos con miras de crecimiento.
“Dicen que los latidos del corazón se alinean en un coro. ¿Qué quiere decir eso? Que están caminando juntos, que si alguien cierra sus oídos y quiere cantar por su lado no va a contribuir en ese sentido. Entonces, un coro es fundamental para la escucha, para la sociabilización, para el trabajo en común, ¡para tantas cosas! Es una pequeña sociedad, es una mini sociedad.”
Y eso ¿por qué?
“Porque el coro te prepara para escuchar a los demás, para cantar en función de los demás, es decir, tú no puedes dar un paso sin perjudicar al resto, por lo tanto, todos tienen que ir juntos y todos tienen que escucharse entre sí.”
LAS LECCIONES QUE UN NIÑO TE PUEDE DAR
Se trata de una montaña rusa de sensaciones y emociones para todos, especialmente hoy que la crisis mundial debido a la pandemia rompió todos los cánones establecidos de comunicación a los que estábamos acostumbrados y nos movilizó a encontrarnos a través de una pantalla, sin el contacto directo con el otro, a mostrar nuestros entornos con vergüenza o sin ella, a involucrar a todas nuestra familia ante las cámaras, a que los errores se hicieran públicos entre todo el grupo, a que los cambios físicos, como el de la voz en el caso de los niños, se volviese evidente y una vez más, de conocimiento masivo, a tener el miedo y luego perderlo, a sentirse acompañados a pesar de la lejanía, a volverse responsables de una manera tan novedosa, a extrañar y aceptar la nueva realidad.
Se trata de la nueva normalidad, de la tolerancia al error y a comenzar otra vez, a veces desde cero. Mónica considera que es todo un descubrimiento que los está enfrentando a una situación sumamente compleja, pero concluye que es un momento clave para el aprendizaje que, a largo plazo, hará que perciban todo esto como algo positivo.
“Hasta antes del Covid siempre he dicho que tenemos que ser conscientes de lo fácil que tenemos hoy en día las cosas, con las plataformas digitales y con la información. Pero, desde que empezó la pandemia creo que los niños me están dando una gran lección, cada uno en su casa, adaptándose al colegio, a una nueva vida y sobrellevando toda esta situación que probablemente para ellos es tan difícil de comprender pero que, aun así, la están entendiendo y dando lo mejor de ellos.”
Mónica es una directora disciplinada, “creo que la disciplina lo es todo”, comenta. El tema de los viajes ha evidenciado la necesidad de darles independencia dejándolos solucionar problemas tan básicos como armar y desarmar una maleta, incluso si jamás lo han hecho solos. Dice que se trata de ser disciplinados sin castrar a nadie, dejándolos ser ellos mismos, explayarse y ser felices. Permitirles hacer por sí mismos y verlos luchar en el aprendizaje puede ser duro, pero al final ver que lo logran es la recompensa más grande.
“Sabes que es por un aprendizaje, que esto les va a servir en la vida para enfrentarse a cosas más difíciles”.
Avanzar, innovar e ir más allá es un desafío constante planteado por la directora del coro, pero hay una pieza clave en este rompecabezas sin el que nada sería igual: los padres de familia.
“El papel de los padres es muy importante. Nosotros no hubiéramos podido plantear todo este cambio ante esta realidad Covid con nuestra programación y ensayos sin tener a los padres de por medio. Ellos son nuestros informantes, camarógrafos, lumínicos, productores. Porque ahora cada familia se ha convertido en un centro de producción musical, sin quererlo.”
La conversación se enfoca nuevamente en el significado de lo coral. Se ha tratado el lado pedagógico ya no solo con los niños sino también con los papás y mamás de aquellos, y con la familia, para que comprendan que al incorporar a su hijo a una actividad coral:
“Se trata de un acto de humildad que presupone el hecho de no sobresalir porque el instrumento es el coro. Si alguien quiere resaltar ya no hay coro, hay un solista acompañado de un coro y eso debe hacerse solamente en los momentos en que esté escrito que debe ser así. SI NO, TODO EL TIEMPO DEBEMOS ACTUAR EN COMÚN.”
Para los niños el coro es sinónimo de AMOR, tal como lo refirieron los más pequeños, entre seis y ocho años, durante una lluvia de ideas. Para Mónica, escuchar todo aquello sigue siendo emocionante.
“Porque los niños, mientras más pequeñitos son menos se guardan las cosas y fue todo un descubrimiento escucharlos decir eso, sumamente expresivos, comentando cuánto extrañan a su coro y a sus compañeros, pero que aun así saben que tienen que quedarse en casa y que esperarán. Esa es la mejor de las lecciones para mí, la última que me están dando los niños.”
DE REDES Y ENREDADOS
La atención real se pierde, la comprensión se difumina, solo queda lo efímero y el cascarón rajado de la mayoría de cosas percibidas. ¿Y el espacio a la imaginación? ¿Y las ganas de abrir puentes con nuestra creatividad? No hay tiempo para profundizar, para cuestionar, para analizar. Hay tiempo, de sobra eso sí, para repasar con la mirada, oír a lo lejos, jugar a ser enfocados y engañarnos a nosotros mismos, sin ser plenamente conscientes de que lo hacemos.
“¡El lenguaje visual ha ganado muchísimo terreno en estos años! Y tenemos que ir a la par con eso, sin dejar, obviamente, la escucha.
QUÉ IMPORTANTE ES LOGRAR UN EQUILIBRIO ENTRE TODO ESO.
Lograr que la gente pare un poco y pueda detenerse a escuchar, es muy complejo porque estamos bombardeados por todo lo visual. O sea, nuestras redes sociales dan más crédito a lo que vemos, como en Instagram. Vamos a lo instantáneo, no vamos al detalle y esto me pasa mucho con los alumnos que tengo de Historia del Arte, me voy al otro lado, ni siquiera a la música. Cuando tenemos que describir una pintura, ¿qué pasa? Que el alumno está con el celular y todo el tiempo la imagen la pasa, la pasa y la pasa, es decir
¿Cuánto tiempo te detienes en los detalles?
¡Nada!
LAS REDES SOCIALES ESTÁN CREANDO PERSONAS QUE NO SE DETIENEN EN LOS PORMENORES. Y eso ocurre también con la música, al tener toda la música a la disposición tampoco nos detenemos en lo básico. El aparatito que nos ponemos es muchas veces no para escuchar la música sino para evadir la realidad.
Muchos padres se quejan de eso, de ¡para qué le compré los audífonos al niño! Y adiós papá ya no converso contigo. Pero, tampoco es que esté escuchando y asimilando verdaderamente lo que escucha, sino que es su forma de quitarse de en medio a los padres que le ponen una barrera y empezar a mirar lo que tenga que mirar. Muchos de ellos están escuchando música mientras miran las redes sociales. Es decir, lo visual y lo instantáneo son un fragmento.”
¡QUÉ DIFÍCIL LOGRAR LA GENERACIÓN DE PENSAMIENTO CRÍTICO!
“¡Es muy complicado, muy, muy complicado! ¿Y, entonces? ¡Hay que detenernos! Porque nosotros somos la cultura del Like,, del Me Gusta, del Gusto. Y les digo, muchas veces se habrán dado cuenta que ustedes están mirando algo y ya su dedo está levantándose a poner Me Gusta antes de que comprendan que verdaderamente les gusta algo. Eso hay que evaluarlo, tenemos que adentrarnos y ver qué es lo que pasa con nosotros, cómo se produce el gusto de todos nosotros para poder meternos luego en la raíz de los niños y jóvenes. Y no me refiero a cambiarles los gustos, sino a brindarles un universo más variado para que sepan elegir y el porqué, hay que seguir creando herramientas.”
DESCUBRIENDO A LA ARTISTA, A LA DIRECTORA, A MÓNICA
Mónica, dinos tres libros que te hayan impactado, si es que no cambiaron tu vida, al menos que te hayan influenciado enormemente
El primero me cambió la vida, y no hace muchos años. Se llama “El Hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Llegó a mis manos y justamente era el primer año en que yo estaba en la dirección del Coro Nacional de Niños. Para mí era la gran oportunidad obviamente, poder dirigir al elenco más importante de niños en el país, pero también significaba un cambio radical en las decisiones que ya había tomado. Ha sido difícil poder desarraigarme de las cosas que hacía, pero solo podía comprender que yo era una persona que jamás he podido estar contenta haciendo una sola actividad. Y lo que no me había dado cuenta, en mi supuesta infelicidad haciendo solo música, era que necesitaba este otro componente que era el arte, y cuando empecé a equilibrar mis dos actividades llegó un momento de asimilar las cosas de mejor forma.
Y la frase frase de Viktor Frankl que dice que cuando las cosas no van a cambiar quien tiene que cambiar es uno es UNA LEY MÍA, PRÁCTICAMENTE LOS 365 DÍAS DEL AÑO.
Por ejemplo, hay situaciones como el Covid, y le digo a mis alumnos que esto no va a cambiar, vamos a seguir metidos en nuestras casas, pero la actitud que tomemos frente a eso es LO QUE VALE, Y LO QUE TIENE SER IMPORTANTE PARA NOSOTROS. Por eso, ese el libro ha sido fundamental en mi vida.
Luego, hay dos grandes autores: Gabriel García Márquez y Alfredo Bryce Echenique, pasando por todos los cuentos de Julio Ramón Ribeyro.
LE AGRADEZCO A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ EL FUEGO EN MI CORAZÓN DE LAS ÚLTIMAS CINCO PÁGINAS DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD, O SEA, ESA DESESPERACIÓN MÍA DE ESAS CINCO PÁGINAS ES INDESCRIPTIBLE.
DEBO AGRADECER A BRYCE ECHENIQUE EL HECHO DE QUE, HASTA EN LOS PEORES MOMENTO PUEDES SACAR SENTIDO DEL HUMOR, Y PUEDES REIRTE DE LAS PEORES COSAS QUE TE PASAN.
Y, DEBO AGRADECER A JULIO RAMÓN RIBEYRO EL COMPRENDER ESTA LIMA TAN COMPLEJA
Y si hablamos de música...¡música con la experta! Por favor, dinos tus tres canciones favoritas. Sé que debes tener ¡tres billones! Pero vamos a compartir con el público tus tres elegidas.
“Hay un aria de Hendel, un compositor del Barroco, que creo que la debo haber escuchado sino dos, cinco mil veces, o más, hoy día la escuché tres veces, y es lo más excelso para mí que puede haber dentro de la efervescencia del Barroco. ME LLENA EL ALMA DE UNA MANERA IMPRESIONANTE.
Lo que pasa es que era justo un momento en que había ingresado al Conservatorio y para mí se trataba de abrirme a todo un mundo nuevo, jamás pensé que iba a ser cantante lírica, todo ocurrió muy rápido, yo estaba estudiando Ingeniería Agrónoma, ¿cómo hago esto? Y al año siguiente ya estaba en el Conservatorio. Entonces, ese primer momento, ese enfrentamiento, este mundo maravilloso, para mí esa aria resume esa etapa.
Siempre vinculo las piezas musicales a mis recuerdos.
Luego, el rock de los 80s marcó en mí una etapa muy rica pero además compleja, porque fue todo el tiempo que estuve en la secundaria, tiempos difíciles, todo el tema del terrorismo y muchas cosas más. Y a la vez, esa ha sido la ETAPA MÁS EFERVESCENTE DE LA VIDA, ESA ETAPA ES INCREÍBLE. Entonces:
“Don’t stop me now” de Queen; “Walking on Sunshine”, de Katrina and the Waves y ¿por qué? Porque me gusta caminar hacia la luz del sol. O sea, en función de esa frase, NO HAY QUE PENSAR EN LO NEGATIVO, HAY QUE CAMBIAR UNO MISMO E IRSE AHÍ, HACIA LA LUZ DEL SOL.
Y de la música peruana: lo que más me ha gustado siempre ha sido la marinera, de todas las marineras la limeña y de toda la música peruana, el landó me encanta, Chabuca Granda obviamente. Si hay una canción que me fascina es CARDO Y CENIZA, por la sensorialidad y sensualidad.
Y ¿tus tres ciudades favoritas?
De Italia tengo que mencionar la primera, aunque no sé con cuál quedarme porque son todas hermosas. Tendría que decir Florencia porque resume todo lo que significa para mí la confluencia de tantas cosas que pudieron hacer surgir un momento tan importante como EL RENACIMIENTO. ESA CIUDAD RESPIRA, VIVE, CADA UNA DE SUS CALLES ESTÁ TAN LLENA DE HISTORIA.
Luego, Madrid obviamente, porque en Madrid está mi corazón, tengo muchos amigos entrañables ahí y porque es una ciudad en la que me siento casi como en Lima. Puedo ir por cualquier lado y me siento en casa, y creo que es por ese vínculo con ellos, con la gente a la que quiero tanto.
Y DEFINITIVAMENTE, MUCHOS PODRÁN RENEGAR DE SU PAÍS, PERO OBVIAMENTE, MI CIUDAD, LIMA, NO LA CAMBIO, NO LA CAMBIO PORQUE TIENE TANTO, SON MUCHAS CIUDADES EN UNA SOLA Y ES EL LUGAR DONDE HE VIVIDO, EL QUE MEJOR CONOZCO Y EL QUE ME SIGUE DANDO MUCHAS OPORTUNIDADES.
No existen términos únicos para definir aquello que más amamos, sin embargo, para Mónica Canales la palabra coro simboliza el amor puro que evoca siempre la música y los sonidos que habitan con nosotros desde nuestros primeros días de vida, allá, incluso, antes de conocer personalmente al mundo. Perú es su casa y la niñez le revela pura nostalgia, mientras que la adolescencia la inunda de alegría al igual que la música le resulta vida ilimitada. Dice que la voz es un instrumento clave en este viaje personal, compartido con pequeños y grandes héroes. La familia lo es ¡todo! Y el amor es arte...el arte en general. ¿La inclusión? Una necesidad a gritos, y la diversidad un espacio tan importante entre nosotros. Mientras tanto, cómo callar la delicia de encontrar las ventajas constantes en la innovación, las oportunidades únicas en el presente o la búsqueda de novedades en el futuro.
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