Entre la libertad de la imagen y el poder de la voz
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El arte te da la oportunidad de ver la vida de otra manera, de apreciar el entorno, el contexto, la naturaleza y a tus semejantes de modo que lo puedas comprender. Te permite conocer al otro, y conocerlo es entenderlo. Porque cuando no lo conoces, no lo entiendes. Y LO QUE NO ENTIENDES, TE ASUSTA.
Por ejemplo, un niño se muere de miedo porque su cuarto está oscuro y no puede dormir, siente que en la oscuridad están todos los monstruos: el diablo, el ogro, el que le corta la cabeza y más. Sin embargo, una vez que le prenden la luz, se le va el miedo. ¿Por qué? PORQUE AHORA PUEDE VER. Del mismo modo, las personas adultas sentimos miedo, como el miedo de un niño que es tan primario, miedo a lo que no puede ver porque es ahí donde habitan todos sus fantasmas y, en realidad, esos fantasmas están en su cabeza. Cosa distinta es cuando se tiene una relación fluida y conversas con el otro, ahora sabes, ahora ambos cuentan lo que está pasando.
Cuando tú no conoces, se abre esta posibilidad de que tus fantasmas habiten todo el sitio.
- ¿Y cuándo conoces?
- PRENDES LA LUZ.
Carlos Fernández Loayza
Un día lo llamaron desde la cárcel, era el último programa de aquel año, era un grupo de presos que había oído en la radio sus saludos por Año Nuevo, eran las ganas de retornarle los buenos deseos al locutor, era un buen momento para decirle que los sentimientos eran mutuos, “muchas gracias”. Era, desde luego, una llamada ilegal, y asimismo fue, desde luego, una sensación increíble de alegría, de sentir que algo lindo ocurre porque llegas a todos, porque eres oído, porque lo que dices tiene sentido para alguien más. Para el que es visible, Y TAMBIÉN PARA EL INVISIBLE.
MERIDIANO
En una ciudad tan compleja y demandante como Lima, semana a semana una cabina de radio se convierte, por unos minutos, en el hogar de múltiples protagonistas de la escena artístico cultural peruana. Carlos Fernández Loayza es el gran anfitrión y la voz central de Meridiano, un programa que, a partir del mediodía, y durante una hora, se empodera al máximo y enmarca la posibilidad de compartir con todos lo que el arte quiere y puede hacer por una sociedad acaso distraída, desconocedora y tantas veces indiferente a un sector creativo capaz de mover montañas si fuese masivamente descubierto y atendido.
El periodista cumple más de treinta años en la única radio cultural del Perú, Filarmonía 102.7 fm, y es una suerte de libro abierto lleno de anécdotas e historias interesantes que encantan, informan y te dejan esa sensación a mixtura y originalidad tan característica de una colectividad abarrotada de matices, luces y sombras. Su vida en la radio le sigue dando el gran regalo de la interacción constante con hombres y mujeres que son el motor de un campo cada vez más transitado, esos que son los verdaderos gestores culturales en el Perú y con los que interactúa cara a cara, día tras día. Pero Meridiano también le da la oportunidad de llegar a miles de personas del otro lado de la cabina, aquellos a los que no ve pero que lo escuchan y lo esperan, incluso allá, a lo lejos, donde a veces ni él mismo sabe que llega, allá incluso en las cárceles, donde también se disfruta de la cultura y el arte en este país.
Carlos es honesto y directo al hablar de lo que ocurre con nuestros procesos e industrias culturales, posee una voz cálida y amigable pero ese timbre no se corta ni es frágil. Ha visto y oído tanto, que el silencio o las respuestas tibias no son parte de su repertorio.
CONSCIENTES O EVASIVOS
Lima crece y se abarrota de todo: de humanos, de autos de lujo, de carcachas, de combis asesinas, de ambulantes, de perros y gatos callejeros, de basura acumulada, de carritos sangucheros y “tías veneno”, de grandes, medianas y pequeñas empresas, de universidades y escuelas legales e ilegales, de centros culturales y de aquellos que intentan convertirse en uno.
¿Y la demanda? Y el ciudadano interesado en consumir arte ¿realmente existe? Y los nuevos talentos... ¿a dónde van?
“Aquí, el campo de las Bellas Artes se está desarrollando más que antes. Pero, en comparación con la cantidad de población que tiene el Perú, o Lima, todavía es ínfimo También es verdad que no todo el mundo tiene un interés por esto, no todo el mundo tiene un interés “cultural”. La gente prefiere las cosas más digeridas, menos complicadas, más simples. No solo aquí, en otras partes del mundo también. Pero también es verdad que hay países que tienen mejor desarrollada la educación, donde la gente tiene más oportunidades y la opción de escoger lo que quiere, y lo que no, entre un menú de opciones que le ofrece el estado y la sociedad.
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Nombres, apellidos, rostros e imágenes fijas. Y entonces ¿hay oportunidad para lo nuevo y los nuevos? No todos han ganado premios, publicado veinte best sellers, logrado dar la vuelta al mundo siendo entrevistado o tener cinco millones de seguidores en Instagram. Y sin embargo, hay talento por mostrar, nuevos rostros, nuevos nombres y apellidos, nuevos aires... ¿Para cuándo?
“Lo que pasa es que todo es un negocio. Para tener una galería no basta con tener el local. Tienes que tener los clientes, la gente que colecciona, coleccionistas que están acostumbrados a comprar arte y para eso tienes que tener los contactos. Tú necesitas vender en una exposición una cantidad de cuadros porque de eso vives, y para que pongas algo en tu galería tiene que ser algo que sabes que va a vender. Y la lógica misma de este sistema dice que no vas a tener un artista desconocido o un artista que no sea un consagrado, porque a ellos los vas a vender más rápidamente, y aun así porque el mercado de las producciones de arte en el Perú es pequeñísimo. Tú tienes una galería y tienes que pagar luz, agua, teléfono, alquiler y tienes que vender. ¿Cierto? Es una especie de círculo vicioso.
"No hay una galería que quiera arriesgarse a darle paso solamente a artistas nuevos porque no hay un mercado que lo soporte. No hay un mercado que pueda comprar eso."
¿Y qué pasa con las otras galerías, esas que muestran más apertura al público, que son gratuitas y que siempre parecen tener las puertas realmente abiertas para todos como las del el BRITÁNICO, el ICPNA, la universidad del Pacífico, EUROIDIOMAS o el Peruano Japonés? Por cierto, galerías que tampoco se llenan a pesar de sus propuestas cubiertas de esfuerzo y contenido interesante.
“Bueno, son dos realidades muy distintas. Esas galerías tienen una función bastante más “principista” digamos, más allá de la comercial. Y el público no va más porque aún hay mucho prejuicio, porque hay mucha ignorancia, no hay una política de creación de nuevos públicos, los chicos en el colegio no estudian arte, o sea la clase de arte del colegio es un mamarracho. Los políticos no hablan de cultura porque no conocen, aparentemente, todavía hay este prejuicio según el cual la gente piensa que la cultura es algo secundario a pesar de que el Perú es un país heredero de una tradición cultural antiquísima.
La nuestra, es una de las culturas primigenias en el mundo. Y esa, para mí, es la clave del desarrollo. Si hay potencial y riqueza en el Perú, es su riqueza cultural. Lamentablemente, quienes nos han gobernado a lo largo de todos estos años nunca se han dado cuenta de que esa es la palanca del desarrollo. Mientras nadie lo haga, seguiremos así, pensando que la minería es la solución”.
Lo escucho y pienso también en aquellos que dirigen las páginas culturales de nuestros medios, aquellos que aún fomentan la “exclusividad” de la noticia como un estado monopolizado acérrimo en donde la noticia es mía y solo mía y mía, mía, mía. ¿Y la creatividad? ¿Y la diversidad? ¿Y los nuevos nichos? ¿Y la apertura mental? ¿Y la capacidad de encontrar mil y una aristas desde un mismo tema, tratando de promover el conocimiento y difundir el contenido de algo valioso?
Porque finalmente nadie es dueño de la noticia ¿verdad?
Y finalmente de lo que se trata es de fomentar eso llamado conocimiento y generar análisis crítico ¿cierto?
...O es que todo parece un sueño y solo un grupo de frases listas para las pancartas de algún idealista loco presto a salir a las calles sin sentido alguno para su contexto inmediato...Un soñador que se equivocó de momento, de lugar, de sociedad...¿?
“Pensar así es una idiotez”, afirma convencido el locutor, “alguien que en medios todavía maneja el concepto de primicia y de exclusividad, algo que no tiene nada que ver con su actividad. Alguien que no se dio cuenta de que eso no juega para lo que está haciendo. ¿Quién sale ganando con eso? ¡Nadie! Así solo extiende un pensamiento falaz y se tiene como la norma eso de que acá yo soy el primero y ese concepto de exclusividad de la noticia es mi imposición, porque yo soy el que tiene la torta más grande de lectores o seguidores. Pero finalmente, eso es matar la posibilidad de desarrollo del sector cultural. O sea, si tú eres una parte importante dentro del grupo de los gestores culturales, eres el que difunde y ¿no tienes la capacidad de hacer la mayor difusión posible?, no haces bien tu trabajo y lo que haces, más bien, es que el sector entero flaquee”.
¿SUEÑO O REALIDAD?
Periodismo cultural es un término que en el Perú aún parece esperar la venia de las políticas estructurales en una sociedad a la que le urge sensibilizar y concienciar a sus ciudadanos de que existe una realidad posible más allá de sus fronteras cotidianas, una que se produce a través del vínculo entre las artes, la educación y la salud y que, actualmente, en vez de ser irrompible parece sostener una amenaza de divorcio constante. Aquí, esos términos simplemente no conversan entre sí, no de forma tangible.
Dice Maya Jaggi, la extraordinaria periodista británica “La principal preocupación del periodismo cultural es con las artes y el trabajo creativo, y con los individuos, las instituciones y las políticas que hacen o permiten ese trabajo. Las preocupaciones del periodismo cultural se han ampliado a medida que se ha desarrollado nuestra comprensión de la cultura y su papel en la sociedad, y en el siglo XXI es mayor el reconocimiento de la contribución económica del sector de las artes al empleo, el crecimiento, el turismo, las exportaciones y el desarrollo, y como medio para resolver problemas sociales y transmitir valores.... La cobertura de los medios de comunicación puede influir en los responsables políticos y crear audiencias para las artes.”
¿Existe realmente el periodismo cultural entre nuestros “laureados” medios de comunicación peruanos? ¿Hay cultura de investigación antes, durante y después de la publicación de la noticia? ¿Hay periodistas especializados y conocedores de los distintos géneros, esos que consumen arte, viven arte, respiran arte y se nutren diariamente de lo que la cultura interna y externa a sus raíces puede ofrecer? ¿Existen esos periodistas que no solo saben sobre arte, sino que su necesidad y curiosidad innata los lleva a conocer sobre economía, ciencia, política, deporte, gastronomía, medio ambiente y más? ¿Hay una nueva generación de periodistas realmente culturales entre nuestras regiones?
“Yo sugeriría primero que haya cultura en el periodismo, en general, porque hay una cantidad de periodistas que no tienen ninguna noción de lo que es cultura y eso es atroz. En segundo lugar, el periodismo cultural resulta un intermediario entre los que producen los eventos culturales, los que producen el arte y el público que quiere saber, que quiere estar informado sobre el tema. Como en todo concepto de comunicación, el emisor tiene la responsabilidad de hacer posible que el otro entienda el mensaje.
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La comunicación no se da cuando uno habla y el otro escucha. La comunicación se da cuando la persona a la que tú le has hablado te entiende. Si no te ha comprendido, no ha habido comunicación.
Yo te puedo hablar toda la tarde, si tú no me entiendes, no nos hemos comunicado.
Siempre pongo este ejemplo: Dos chicos salen del cine. La chica le dice al chico “Hace frio, ¿no?” Y el chico le dice “Sí, hace frio”. Entonces la chica se molesta y piensa “este idiota no sabe nada”, ella quería que la abrace. Y el chico dice “Esta loca, otra vez se ha molestado. ¿Por qué se habrá molestado ahora?” Entonces, ¿los dos hablaron? Sí. ¿Los dos se entendieron? No. O sea, otra vez, la comunicación consiste en que el receptor entienda el mensaje.”
Carlos siente que el tiempo pasa volando, que todavía está aprendiendo y que Meridiano es muy dinámico porque se renueva constantemente. Dice que sus planes para el futuro es “hacer lo mismo, pero siempre distinto”, Estos últimos 32 años le han servido para ser testigo de mucho, muchísimos cambios, especialmente tecnológicos y por ende sociales. Lo escucho y dibujo en mi mente la imagen de personas usando una máquina de escribir para trabajar, esos años en que no existían los celulares, mucho menos Internet. ¿Cómo vivir así? ¿Cómo hacer periodismo cultural así?
HACIENDO
VIVIENDO
EXISTIENDO
BUSCANDO
ENCONTRANDO
La revolución digital ha generado una fiebre por convencernos de que lo imposible es posible, y por concretar esas creencias hasta hacerlas viables. El acceso a prácticamente todo se ha vuelto una urgencia y aprender constantemente resulta la fórmula mágica si se quiere vivir y no sobrevivir.
“Todo era distinto, no había redes sociales y, sin embargo, hemos asimilado todos esos cambios y eso es lo bonito de todo esto, ser testigo de esa constante transformación.”
Todo esto es simple y complejo a la vez. Así, le pregunto por los tres eventos más influyentes durante estas tres décadas, a lo que el periodista responde que lo más importante es que la tecnología ha permitido que muchas cosas que antes eran casi imposibles ahora sean más accesibles. Por otro lado, la profesionalización del artista está cobrando protagonismo y eso es valioso si se quiere entregar un buen producto al público, uno que responde cuando le ofreces algo bueno. Y finamente, dice que cada vez se está tomando más consciencia de la importancia de la cultura y de la educación, aunque muy lentamente, pero se intenta y eso permite que se genere una oferta cultural más grande.
¿Y las debilidades?
“En primer lugar, creo que todavía existe prejuicio contra la cultura, muchos piensan que es algo que sabotea, que es de una élite y que es lejana. En segundo lugar, el Perú no es un país en el que haya una política educativa COHERENTE Y PERMANENTE. Y tercero, es que de parte de los empresarios NO HAY CONCIENCIA SUFICIENTE DE QUE LA CULTURA ES UNA DE LAS PALANCAS DEL DESARROLLO DEL PAÍS. Mientras esa mentalidad no cambie, las cosas no van a cambiar tampoco.”
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Sin embargo, hay un elemento desafortunadamente clave en nuestros procesos de desarrollo como sociedad, uno que de crecimiento tiene muy poco y bastante de atraso, un factor que aún permanece entre nuestros tejidos celulares como grupo humano y que afecta todas nuestras percepciones: la DISCRIMINACIÓN.
Perú, sinónimo de riqueza y de un conjunto humano heredero de una cultura milenaria e irrepetible, es también la representación actual de un contexto desarrollado a la luz de las diferencias sociales, unas que, en vez de potenciar la identidad y la evolución enriquecedora, reducen nuestras posibilidades de concretar todo lo que una estrategia cultural eficiente podría lograr en medio de un espacio en el que la dignidad humana sea tangible y no solo una falsa promesa política hecha de cuando en cuando. La nuestra es, tal vez, una de las sociedades latinoamericanas más puritanas y, de forma contradictoria, una en la que ser distinto no atrae ningún buen augurio, todo lo contrario, pone en riesgo tu sensibilidad, tus oportunidades, y repotencia tus falencias.
¿Hasta cuándo?
Probablemente hasta que la educación de calidad deje de ser un recurso olvidado.
El Perú es un país con mucha desigualdad, le pregunto.
“No solo desigualdad, sino con mucha discriminación. Aquí, culturalmente, estamos formados en la discriminación. Desde niños, discriminamos al chiquito, al gordito porque muy gordo, al flaquito porque muy flaco, al que estudió en tal colegio porque estudió en tal colegio, al que usa esta marca de ropa, al que nació en este barrio, al que nació en el otro barrio, o sea, discriminamos por todo. Y por eso es que estamos tan bien acostumbrados a disimular. No quiero mostrar que no tengo plata, no quiero mostrar que nací en este barrio, quiero parecer lo que no soy. Nos falta mucho, otra vez, educarnos bien para vencer la forma tan discriminatoria que tenemos de coexistir y no solo con el racismo. Porque el racismo es una de las muchas formas de discriminación que existen acá.”
- ¿El arte, puede cambiar esa mirada?
- CLARO QUE SÍ
Para Carlos, tener una vida cultural rica es vivir plenamente tu ciudad, tu comunidad, tu entorno, haciendo, tratando de crecer, tratando de entenderte y entender a los demás, y tratando de disfrutar las cosas que te da la vida.
PROFESIONALIZAR EL ARTE
“No se trata solo de que haya más, sino de que todo eso sea mejor. Si tu obra es buena la gente se pasa la voz, se recomiendan lo que ven y van a ir, no importa cuánto cueste. Si presentas un buen producto todos lo van a buscar, lo van a comprar, lo van a consumir. En cambio, si tu obra no es buena, podrá tener mucha publicidad y una gran campaña de medios, pero lo verán los primeros y después dirán que no pasa nada con eso. Felizmente, los artistas, cada vez más, se preocupan por presentar obras bien hechas, bien ensayadas, por presentar un montaje profesional a la audiencia, que siente que se justifica la plata que está pagando por ir a ver el espectáculo.”
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Otro aspecto importante a tomar en cuenta es que el trabajo de un artista merece y necesita ser valorado, y renumerado. Amar el arte definitivamente no es lo mismo que vivir del amor al arte. Las frases “no es justo” y “es una falta de respeto” continúan repitiéndose entre los que controlan los espacios públicos culturales y los medios de comunicación, sin embargo, muchos artistas siguen trabajando gratis sin importar cuán talentosos y especializados sean, y lo hacen para esos mismos medios comunicacionales y espacios culturales. ¿Por qué? Y especialmente, la pregunta del millón, ¿HASTA CUÁNDO?
Tal vez las futuras generaciones tengan un acceso más justo al arte, pero por ahora, todos estamos vivos y no se puede vivir de trabajar en modo freelance, pues, como bien señala, Marine Tanguy, Directora Ejecutiva de MTArt Agency “trabajar así significa que el artista puede estar en riesgo perpetuo de quedarse sin trabajo al día siguiente”.
Para Carlos, un artista debe ser profesional, y eso implica tener muy claro qué cosa quiere, porque hay que entender que hay reglas en la sociedad y él tiene que adaptarse a ellas, o luchar contra ellas. Un artista debe ser alguien que pueda ganarse la vida y vivir dignamente con su trabajo artístico, y para eso tiene que cobrar por ese trabajo. No se puede decir que va a trabajar gratis. Es fundamental que el artista sepa que su trabajo es importante, tener mayor compromiso con lo que hace, sí, pero que sepa también que es importante que él pueda vivir de su trabajo. Para eso tiene que llegar a tener colocación, visibilidad, una personalidad definida, etc. Todo eso forma parte de su actividad artística. Así, por ejemplo, el cantante puede tener muy linda voz, pero si no tiene el equipo, si no tiene la campaña, si no tiene el marketing, si no tiene el manager… “.
Tengo una amiga que tiene una gran voz y le digo “tienes una voz preciosa, deberías ser cantante” A lo que ella responde: “Sí pues, pero a mí me gusta cantar, por eso es que no quiero ser cantante. Porque al cantante, especialmente en el Perú, la mayor parte del trabajo se le va en buscar auspiciadores, publicidad, un manager, el local, pagar aquí, pagar allá. Y lo último que haces es cantar. El 1% de tu actividad es cantar, todo lo demás es administrativo, y así no se puede.
CON EDUCACIÓN, TODO. SIN EDUCACIÓN ¿NADA?
El desarrollo no lo trae tener una mejor economía. EL DESARROLLO ESTÁ EN LA EDUCACIÓN.
Si no inviertes en educación, ¿cómo vas a tener un país desarrollado? Porque, es por la educación que tienes otras cosas que no te las da simplemente tener mucho dinero.
¿Y qué hacer? Entonces ¿QUÉ HACER?
Otra vez POLÍTICA EDUCATIVA. TODO PASA POR LA EDUCACIÓN. Hay un viejo dicho que dice “uno no puede querer lo que no conoce”.
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“La gente no se da la oportunidad, o no le dan la oportunidad de que conozca. Por ejemplo, la posibilidad de conocer la música clásica, el arte o el teatro. SI NO LO CONOCES ¿CÓMO LO VAS A ESCOGER? A no ser que seas curioso y encuentres algo ahí. Pero si no lo conoces, no te puede gustar. Es decir, si no hay una EDUCACIÓN ORIENTADA a esto, si no hay una serie de políticas del estado o de la empresa privada que apoye el que la gente conozca, nada cambiará. “
En el Perú, Lima es el centro que concentra la mayor cantidad de espacios culturales de todo el país, y es aquí donde son depositados la mayoría de los recursos y esfuerzos vinculados al arte. Sin embargo, una de las razones por las que la percepción hacia estas expresiones aún pasa desapercibida para muchos es la total falta de identidad con lo propio, con nuestros rostros, tiempos y espacios. El espejo es casi inexistente, u opacado por completo por otros contenidos más importantes, o urgentes, unos que empañan la mirada de una audiencia tantas veces preocupada por lo inmediato y urgente: la delincuencia, la corrupción, el transporte público que ahoga, los precios fluctuantes... O simplemente porque estando cómodos y seguros, son ajenos a una realidad nutritiva y proveedora de más.
“Lo primero que tienes que aprender como punto uno de educación, es querer a tu país, a tu ciudad. Quererlo. Solamente así se puede lograr algo. Efectivamente, la ciudad es muy agresiva, especialmente para los más pobres, ¿y entonces?, ¿cómo puedes querer algo que te trata tan mal'. Sin embargo, si recibes, si sientes que la ciudad te acoge, te ayuda, te propicia para que te desarrolles, va a ser mucho más fácil que generes este concepto.”
SON LAS DOCE DEL MEDIODÍA Y UN NUEVO PROGRAMA EMPIEZA. Más que una cabina de radio, por un momento este espacio resulta un consultorio médico, uno en el que entran y salen acaso pacientes, acaso visitadores médicos, acaso colegas. Una hora radial acrobática en la que todos podrían tener la oportunidad de ser oídos, y vistos también, de esparcir un mensaje útil, novedoso, rompedor, musical y sano; de abrir ojos, mentes y sensibilidades. Un espacio para pensar, para conocer y, solo por eso, para responder y finalmente HACER.
Carlos ama la fotografía y la belleza de Nueva York, y considera que el cambio es sinónimo de felicidad y que un riesgo siempre representa aventura. La radio se ha convertido en su casa y el arte, sin duda alguna, solo le produce vida en un país con nombre propio, Perú, sinónimo de futuro, aun cuando su capital signifique caos. Él está cargado de historias y anécdotas inolvidables, a veces de nostalgia y pausas silenciosas, y también de una visión panorámica, una que posee 360 grados de análisis y derecho a la percepción luego de la oportunidad inigualable que recibe casi a diario en radio Filarmonía, esa experiencia que solo te la otorga el contacto con los protagonistas de esta historia de amor por las artes, una que quizás, algún día, aquí, tenga un final feliz.
CRÉDITOS
Texto:
Lucy Quintanilla
Diseño Gráfico Editorial:
Marisol Gómez y Lucy Quintanilla
Marisol Gómez
Diseñadora Gráfica
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