Y la magia de crear un personaje inmortal
“All you need is love.”
― The Beatles
“Todo lo que necesitas es amor.”
― The Beatles
El arte posee su propio lenguaje, uno que nos habla desde el alma, el corazón y la mente del creador de una obra, llámese escritor, pintor, arquitecto, escultor, cantante, ilustrador...y más...muchos más. Un lenguaje que se entrega a través de interminables formas, texturas, colores, luces, sombras, movimientos, combinaciones y un sinnúmero de matices y detalles que definen la imperfecta perfección.
Se trata de la expresión de esos seres denominados artistas que, a través de su trabajo, expresan todo aquello que, tantas veces, no logran decir con las palabras. Sus creaciones son los mejores vehículos para comunicarse con el mundo y poder decir. sin miedo, lo que piensan, sienten, anhelan, aman o detestan; lo que sueñan, lo que los decepciona, los enamora o los entristece profundamente.
¿Quieres conocer a un artista en profundidad?
Intenta leer su obra y hacerla tuya...Interprétala desde tu propia mirada y quédate con lo que has encontrado de ti en ella.
¡Esa es la clave!
ESA ES LA MAGIA DEL ARTE
Quino, el genio ilustrador, es uno de los mejores ejemplos del amor y todos los decibeles y vaivenes que este sentimiento tan complejo envuelve por el mundo, por la vida, por lo que esta era y sería, tal vez, algún día; el amor convertido en un personaje eterno, su obra maestra, MAFALDA, una niña filósofa, entrañable, sensible y sabia, tan irónica como realista y que tenía una debilidad: la música de Los Beatles.
¿O sería la debilidad de Quino?
Crecer allá, por los años 60s cuando una banda de chicos “desadaptados” arribaron ante el ojo público para hablar de amor, de sonidos diferentes, de la vida con y sin sentido, del aquí y el ahora, del existo hoy y esto es lo que tengo. Finalmente, fue un “ahora” que cambió para siempre el futuro de la música.
No sabemos si una obra de arte es el escudo de sus hacedores, quizás sí, quizás no. Lo que sí sabemos es que cada personaje creado, cada trazo, cada sonido, cada ingrediente y cada material elegido habla de nosotros mismos, de quiénes somos y, probablemente, de aquello en lo que quisiéramos convertirnos.
EL MUNDO DE PIE
Mafalda y sus icónicos amigos, cada uno dándole vida a distintos personajes sociales que hasta el día de hoy encontramos a diestra y siniestra, se convirtieron en seres capaces de decir a viva voz lo que les salía de las vísceras, cada uno mostrándole al mundo entero que dentro de la desproporción humana siempre hay un lado bueno, aunque parezca pequeñito, ahí está. Y ahí estuvo también, siempre, Quino y sus palabras hechas viñetas para cuestionarse las convenciones de una sociedad en la que muchos rechazan lo diferente, casi con sangre en los ojos y la espada enjuiciadora entre las manos:
¿Por qué quieres escuchar algo en un idioma que no es el tuyo?, ¿tanto te cuesta no querer saber qué hay fuera de la raya?, ¿por qué tienes el pelo largo si eres hombre y corto si eres mujer?, ¿por qué te quieres ir si este es tu país?, ¿por qué prefieres lo extranjero a lo nacional?, ¿por qué no renuncias a algo que parece estar tan lejano?, ¿por qué quieres algo nuevo si ya existe un sistema establecido?
¿Por qué no toleras que alguien piense distinto a ti?
...Por qué, por qué...
¿¿¿Por qué???
Qué complejo y qué genial hay que ser para combinar en la misma receta triunfadora el humor ácido y la ternura, la ironía y la inocencia, el pensamiento crítico y la pureza infantil, la rebeldía y la esperanza. ¿El resultado? Un personaje inmortal que seguirá regalándonos el derecho al cuestionamiento generación tras generación, la conciencia de lo que ocurre, de lo que creamos y lo que destruimos, de lo que amamos y abandonamos, de lo que queremos y rechazamos, de lo que somos y de lo que dejamos de ser.
Tal vez todos tengamos una Mafalda dentro, ojalá. Y tal vez todos tengamos un Manolito dentro...¡qué miedo! Y también, por qué no, a Susanita, Libertad, Guille y Felipe. Es verdad, todos tenemos de uno o de otro, nos guste o no.
El mundo bueno, uno mejor que el existente, uno como ese de Lennon en el que puedes imaginar y cambiar, de verdad, el rumbo de las cosas, solo porque quieres aprender a ser más consciente de lo que pasa fuera de tus pies, más allá de tus fronteras, incluso donde tus ojos no alcanzan a mirar y tus manos no logran tocar...Allá, donde también hay un mundo real que existe las veinticuatro horas del día.
“Es increíble cómo el mundo repite siempre los mismos errores”, decía Quino.
Y sigue ocurriendo así, hasta hoy. Será que como decía John Lennon:
Vivir es fácil con los ojos cerrados. Porque, a veces, no importa que el mundo se oculte tras una sonrisa y su ropa linda, si algo no puede ocultar es lo podrido que está por dentro.
Mafalda llena de esperanza y un universo crítico de la realidad. Ese fue uno de los mejores regalos que nos dejó la niña de cabello corto y ojos que veían más allá de lo evidente.
¿CÓMO NO AMAR A LOS BEATLES?
Dice que te ama
Y sabes que no puede ser malo
Te ama
Y sabes que deberías alegrarte
- She loves You
Cuando era más joven, mucho más joven que hoy, nunca necesité la ayuda de nadie, de ninguna manera. Pero ahora, esos días se han ido y ya no estoy tan seguro de mí mismo. Ahora, descubro que cambié de opinión y abrí las puertas.
- Help
Y cuando la noche está nublada, todavía hay una luz que me ilumina. Brilla hasta mañana. Déjala existir.
- Let it be
El mundo con muchas vendas y heridas al lado de una niña que intenta protegerlo y, de vez en cuando, bajarse de él por un momento. Un mundo en el que habitamos uno seres llamados humanos y que, a veces, sentimos esa cosa loca llamada AMOR. Aquel sentimiento del que Lennon decía:
El amor es querer ser amado.
El amor es pedir ser amado.
El amor es necesitar ser amado.
¿Podremos agregar algo más a la cita del gran Beatle?
Tan solo que el amor, finalmente...
EL AMOR ES AMAR
Y Quino amaba la música, y la música lo amaba.
Y Mafalda ama la música. Y la música la ama.
Y las artes aman la música. Y la música las ama.
Y el amor ama la música. Y la música lo ama, profunda y eternamente...
Hasta el infinito y ¡más allá!
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