Este texto está dedicado a Denisse,
que ahora es una gran estrella brillante,
en el cielo más bonito de todos y también a Daniella,
que lleva a Denisse en su corazón por siempre
y, por eso, la sonrisa más grande de todas.
Para ti, Daniella,
que tienes la misma edad que María Teresa,
que todos tus sueños se cumplan
y tu corazón camine siempre iluminado y colmado
de paz, amor y esperanza.
Escribe Lucy Quintanilla
Ser mujer, una vez más, un siglo más, una vida más...Siempre resulta revolucionario.
Ser una mujer artista y ser una mujer escritora en este momento exacto de nuestra historia, es una travesía indomable en la que a veces te pierdes a ti misma, tantas te recuperas, te encuentras, te adoras, te perdonas y prometes no despreciar más las lecciones aprendidas. Entonces, ahora las aprendes y también las aprehendes.
Hoy, hice un alto en mi rutina vertiginosa, esa que tanto me gusta y que se sumerge entre libros, libretas y hojas blancas que terminan escritas hasta en los bordes, donde ya no hay márgenes ni fronteras, reuniones, nuevos artistas, viejos artistas, danza, música, más textos, múltiples llamadas telefónicas, recorridos por la ciudad, nuevos descubrimientos, calendarios editoriales, entrevistas, más planes, más color, más cine, más tecnología que agota tanto los ojos y la mente. Hace poco, descubrí un filósofo fabuloso, uno contemporáneo que habla sobre el pensamiento crítico como hace tanto no escuchaba. También descubrí un experto en productividad y decidí desactivar todas las notificaciones, de todas las aplicaciones que utilizo y hoy tengo un poco más de paz y alegría para mi corazón de melón que, a veces, quisiera volver a ser el de una niña y adolescente de los 80s y 90s donde la relación con la vida existía mucho más intensa sin una o mil pantallas.
Hoy, es 8 de marzo y una vida de ocho años me ha invitado, bueno casi obligado, a preparar "pancackes", ha traído moldes cortadores de flores y hojas, y yo me he inventado una casita de pancake, con chimenea incluida, ventanitas, puertecita y una cerradurita que ni yo misma sé cómo logré hacer. Al final, hemos aplaudido juntas y hemos tomado muchas fotos de nuestra obra maestra, improvisada en una sartén con algo de mantequilla (porque no sé usar el horno), una receta de avena, canela, huevos, plátanos, miel de abeja y nada más, extraída de YouTube porque, honestamente, yo no tenía ni idea. Hemos sido felices como Peppa revolcándose en el lodo, estando juntas y creando TREMENDAS obras de arte a través del mundo de la repostería. Luego, nos hemos comido nuestras piezas preciosas y hemos leído un cuento peruano llamado "El Tigrillo y La Charapa", después ella ha inventado una historia de ficción con su nuevo peluche llamado Sandía, que es una pata de anteojos, que además tiene un peine y un vestido muy mono y que viaja al planeta de La Salchicha Pink, donde hay rey y reina incluidos.
Lo cierto es que desde que mi sobrina nació siempre ha sido una inspiración para mí. Todavía es una niña pequeña y cuando la veo y la escucho, entiendo mucho más qué desearía en un mundo mejor, posible y más grande para las mujeres.
Me gustaría leerles lo que escribí, imaginemos que estamos reunidos. Esto también lo escribí pensando en ella 💛. Y pensando en ustedes, y en las niñas que son testigos de las guerras, sin merecerlo ni pedirlo, sin auxilio que las rescate y las libere. Y también en las ancianas con ansias de vivir. Y claro, en todas las artistas, de todas las disciplinas, que luchan a diario por vivir sin dejar de crear un mundo mejor.
Por más oportunidades reales, palpables desde todos los sentidos, para las actuales y para las futuras generaciones.
Por cambios verdaderos y puertas abiertas al pensamiento crítico, al aprendizaje y a la creatividad como fuente primaria para solucionar problemas, por encima de cualquier estereotipo o mentes con visiones limitadas.
Por más niñas con acceso y derecho a gozar de educación de calidad, DE CALIDAD VERDADERA.
Por más mujeres artistas, doctoras, bomberas, profesoras, astronautas, aviadoras, taxistas, directoras, vendedoras, secretarias, jardineras, abogadas....o lo que se les antoje ser. Y por una sociedad que se lo permita.
Por un mundo con más mujeres artistas que tengan infinitas oportunidades de compartir y mostrar su trabajo, de poder vivir de su talento y su sabiduría, de inspirar a otros a querer crecer y creer en las artes como motor de mayor calidad de vida. Y, cuando sea necesario, saber decir que No.
Por un mundo con más mujeres artistas y mujeres periodistas culturales con voz propia, líderes de opinión, capaces de argumentar sus puntos de vistas con solidez, de hacer eco de la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen y de dar respuestas que motiven al cuestionamiento, a creer y a entender mejor la vida.
¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!
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