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Escribe Lucy Quintanilla
Los días felices.
Una exposición nueva, Francis Bacon y Human Presence para la inmortal National Portrait Gallery, el misterio de la vida, el dolor, el poder, el amor, la gente, tú, yo.
Una exposición permanente, Canaletto y Venice: The Grand Canal with S. Simeone Piccolo, en la National Gallery, la historia que se repite, la naturaleza de día, la luz de la tarde, de la mañana, la luz simplemente. Venecia, sus aguas, la vida cotidiana, los detalles en la piel...En la piel de esa vida.
Una cúpula divina, no quiero irme de su lado, siento tanta libertad, la observo de lejos, de cerca, la fotografío, la abrazo, me fascina. Libertad, vuelvo a pensar...
Una conversación inesperada, risueña, bondadosa. El cuadro nos conecta, nos causa fascinación, el movimiento de las olas, decimos, el envejecimiento de las paredes, observamos, el que trabaja duro, el que descansa, el que viaja, el que sueña, las embarcaciones, las columnas de los edificios, las casas de balcones y puertas blancas, la gente que pasa...Trescientos años después no dejamos de maravillarnos. Alguien me indica que me he acercado mucho al cuadro, me asusto, me río mucho con él, también con ella, los tres nos devolvemos al cuadro, él trabaja aquí, en la National Gallery, nosotras somos amantes del arte y de la vida del otro lado de esta pintura. Italia al atardecer desde Londres a las dos de la tarde.
Las fotografías que eternizan el tiempo: el tiempo es mío pienso, es mi amigo y me deja viajar a través de él sin prisas ni pausas.
El tiempo que hoy no corre, solo se queda aquí, conmigo, sintiendo la creatividad por los poros, la esperanza depositada en tanta alegría. El tiempo con ojos nuevos cada vez, descubriendo algo inesperado, precioso, único.
Un chocolate blanco caliente, derritiéndose bajo la luz amarilla de la tienda belga en donde la fila de espera es interminable. Chocolate bajo la luna llena. Chocolate blanco de colores, los colores de las obras de arte que he visto hoy, en todos lados, y también en las personas que me han acompañado por las calles londinenses que son tan felices siendo diferentes, inolvidables, irrepetibles y tan cinematográficas.
Un gorro de lana con pompón, el viento cada día más helado.
Una feria navideña en noviembre, que es diciembre, aunque en realidad es noviembre.
Una pileta con aguas lilas, el sonido de la paz, las gotas salpicando traviesas, como cristales por donde observar la ciudad que nunca se detiene.
La noche en Trafalgar Square. La noche en Trafalgar Square. La noche en Trafalgar Square...Será que no quiero olvidarlo...
El frío que habita.
El calor que emana de adentro.
La sonrisa incansable.
Relato corto de la serie ❝Diario de una escritora en Londres❞
Escribí estas palabras en Londres. Noviembre 2024
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