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MANDARINAS Y LIMONES

Foto del escritor: LUCY QUINTANILLALUCY QUINTANILLA




Menos drama y más mandarinas.

Menos drama y más dulce.

Menos drama y más de esa sensación cítrica tan deliciosa. Aunque no sé si una sensación cítrica puede ser deliciosa. A veces, como hoy, si,.claro que sí. Y, ¿cómo no? Hoy que está nublado por millonésima vez y que ya no volvimos al mar, como ayer, y antes de ayer y "trasantesdeayer".


Hoy que, por un rato largo, dejé de lado este aparato horrible que, a veces vive imantado a mis manos, este que tiene una pantalla enana, con esa luz blanca que rebota en mis pupilas hasta dejarlas adormecidas y ebrias de cansancio, este ser al que le damos la llave del día entero y que tiene más poder que Munra, El Inmortal (un señor muy feo que hablaba raro y era el malo, malísimo, de los dibujos animados que solo mis hermanos mayores podían ver).


Lo dejé y solo preste atención a unas cosas lindas que me miraban desde una canasta, eran frías al tacto, "liberadoramente" frías, con cáscaras brillantes de un naranja tan vivo que parecían un bodegón lindísimo listo para adornar una gran pared, tanta paz y esa experiencia de calma casi desconocida para un día que corre y que, aunque jadea de cansancio, todavía sigue corriendo. Las fui pelando, qué maravilla ese estímulo impetuoso por el que se te hace agua la boca, y los ojos, y las manos y ese olor a "soy tan cítrico pero tan dulce", y eran dulces, con una capa firme y el milagro de la vida deliciosa por dentro,


...LA VIDA DELICIOSA POR DENTRO...


¿Es temporada de mandarinas? ¿Es temporada de ese efecto burbujeante y refrescante cuando tus dientes presionan cada gota sólida de una fruta tan sencilla y cotidiana? ¿Es temporada de hacer pausas para tocar, morder, oler, saborear y sentir la mejor de todas las obras de arte...Esa cosa loca llamada vida?


Extraño escribir a mano, hace tanto que casi no lo hago, salvo por algunas notas breves, alguna hoja de un diario que de diario tiene poco, más bien semanario, "mensuario" o anuario... Aquí solo tecleo y la sensación del papel rozando las muñecas o las comisuras de mis manos ya no existe, o el sonido del lapicero palpando el papel, o los dedos agotados y pidiendo permiso para descansar...


Pero las preciosas mandarinas me lanzaron a lo que tuviese entre manos y era este papel de mentiritas sobre el que ahora las describo.

Anaranjadas, frías, dulces, ácidas, suaves, frescas, tersas, intensas, sonrientes, pacíficas, amigables, bondadosas, trabajadoras, cálidas...Mandarinas.


Las mandarinas de la canasta sobre la mesa del mantel azul y blanco.


Es invierno, pero todas las ventanas del.comedor.y la cocina están abiertas, hay mucha luz aunque el cielo sea gris y blanco al mismo tiempo. También hay un reloj que está enfadado y por eso su tic-tac suena más fuerte, anda apurado y desesperado. Será que no ha tomado su ración de mandarinas, entonces le falta un poco de todo y solo le queda tictaquear y apurar al resto del mundo.


Lo que ese reloj renegón no sabe es que hoy, Las Mandarinas ganaron la batalla, lo iluminaron todo y se evaporaron riquísimas y loquísimas de felicidad.



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